Tener un vehículo puede resultar caro, porque a veces necesita ser reparado. El mantenimiento del vehículo requiere gastos notables, especialmente si se trata de un coche antiguo.

Sin embargo, un gasto que realmente debe considerar es el cambio del tubo de escape dañado. En primer lugar, porque es ilegal conducir con uno defectuoso. La policía podría multarte si te ve conducir un coche con un escape defectuoso. También es una falta de respeto para los peatones y para los habitantes de la ciudad que no quieren tener que respirar esos gases de escape tóxicos. Tener un sistema de escape en buen estado es vital para el consumo de combustible, el medio ambiente y tu seguridad.

Hay un par de síntomas que pueden indicar que su sistema de escape está teniendo algunos problemas: escape ruidoso, una disminución de la eficiencia del consumo de combustible, fuerte olor de los gases de escape, tubo de escape colgante, problemas de potencia y aceleración, etc.
Son varios los elementos que conforman el buen funcionamiento del tubo de escape y que necesitan una revisión anual.

El catalizador es una pieza esencial, ya que se encarga de disminuir contaminantes nocivos y de reducir la cantidad de gases contaminantes que emite el carro. Puede ser una pieza metálica o cerámica, recubierta de metales preciosos y situada en el medio del tubo de escapes. Tener un catalizador es obligatorio en los coches nuevos de gasolina desde 1993, y en los diésel desde 1997.

Otra parte es la caja de expansión, también llamada silenciador frontal. Se encarga de absorber los gases para asegurar un correcto flujo de los mismos, impidiendo que sean altamente tóxicos, y también de limitar el nivel sonoro a través de deflectores y materiales fibrosos. Si utilizas tu carro usualmente en la ciudad, el silenciador requerirá un cambio cada 60 mil km aproximadamente. Pero el silenciador puede aguantar hasta 80 mil km si sólo conduces por autopista o rutas principales. El catalizador dura cerca de 100 mil km, por lo que no requiere ningún mantenimiento hasta ese momento.

En caso de que una pieza esté dañada, hay que repararla o cambiarla lo antes posible.